Lo primero que tengo que decir es que este analisis no es mio. La fuente es
http://www.r4.com, pero me ha parecido muy divertido.
-Y dígame, capitán, ¿qué vamos a hacer ahora? -se atreve a preguntar el muchacho con evidente ansiedad.-¿Qué vamos a hacer? -repite el capitán, sorprendido por la audacia insolente del grumete-. Seguir navegando, naturalmente -resuelve con superioridad.-Pero, ¿navegando a dónde? -insiste excitado el joven aprendiz de marinero-. Hace ya semanas que nos movemos sin rumbo, unas veces al norte; otras, al sur, pasando una y otra vez por los mismos lugares sin tiempo de poner pie en tierra. Entre la tripulación se dice que las señales que llegan del Ministerio no son buenas, que no traen buenos augurios, que...-¡Basta ya, insensato! -interrumpe el segundo de a bordo-. ¿Acaso no sabes que en la mar como en la vida hay un tiempo para la acción y un tiempo para la espera? ¡Retírate a descansar y no molestes más al capitán!El muchacho asiente apesadumbrado con la cabeza y sin mediar más palabra se pierde bajo cubierta, llevando todavía consigo sus dudas, entendiendo quizás que, en la mar como en la vida, hay preguntas sin respuesta, y respuestas aún no oídas ni pronunciadas a la espera de la pregunta adecuada.-Disculpe el atrevimiento, señor. No volverá a suceder.-Déjelo estar -responde comprensivo el capitán. -Es joven e impulsivo. También nosotros lo fuimos un día, ¿recuerda, amigo mío?Los dos hombres se miran y esbozan una sonrisa cargada de nostalgia.-Al fin y al cabo -continúa el capitán-, los dos sabemos que en el fondo el chaval tiene razón. Las cosas no van bien, al menos ya no son como antes. La confianza del pueblo se deteriora [el índice de confianza del consumidor cayó en marzo en Estados Unidos]; la demanda de mercaderías está entrando en crisis [los pedidos de bienes duraderos registraron en febrero un crecimiento interanual nulo que contrasta con las tasas superiores al 7% que se disfrutaban sólo unos meses atrás]; la gente abandona sus casas por no poder hacer frente a sus deudas [las ventas de nuevas viviendas siguen desplomándose y no deja de aumentar el número de las que esperan comprador]...-¿Y en el Ministerio qué dicen? -interrumpe el segundo.-¿Quiénes, esos estúpidos burócratas disfrazados de marinos? Esos hablan y hablan pero decir, lo que es decir, no dicen nada. Me temo que ésos están más perdidos aún que nosotros [la reciente comparecencia del presidente de la Reserva Federal ante el Comité de Economía del Congreso estuvo plagada de ambigüedades e incertidumbres].-Entonces, ¿qué hacemos?-Estar preparados. En las próximas jornadas y semanas nos adentraremos en aguas peligrosas [los datos de ingresos y gastos personales correspondientes al mes de febrero se publican mañana, 30 de marzo; también mañana se dará a conocer el deflactor del consumo de febrero, una de las medidas de inflación más seguidas por la Fed; y en esa misma fecha sabremos de la evolución del gasto en construcción igualmente de febrero; el día 2 de abril se publicará el ISM manufacturero de marzo, el 4 de abril se publican los pedidos de fábrica de febrero y el ISM de servicios de marzo; el 6 de abril los datos de empleo y salarios de marzo; ¿suficiente? pues todavía hay más: el 10 de abril, como es tradicional, Alcoa inaugura la campaña de publicación de resultados empresariales correspondiente al primer trimestre]. Ocúpese de que la tripulación y la nave están preparadas, pero hágalo con tacto, sin que cundan el pánico ni el desánimo. En estas circunstancias debemos mantener la cabeza fría.-Descuide, señor. Así lo haré.-Sé que lo hará -puntualizó el capitán. -Ahora, vaya a descansar un poco. Esta noche me encargo yo del primer turno.Noche cerrada ya sobre cubierta. En el cielo ni una estrella. De pie, en el puente, frente al timón, el capitán otea inútilmente el horizonte. Negra la noche, negra la mar. En la distancia, cielo y agua se confunden. Hace frío y el capitán tiembla; y aún más se estremece al reconocer en sus adentros que no es él quien dirige a la nave, sino que es el barco el que los lleva.